Pátzcuaro es un encanto sin igual, por algo los antiguos habitantes de Michoacán en tiempos de los reyes purépechas, lo eligieron para ser lugar de recreo de la nobleza indígena, y a su vez, lugar de adoración en sus "cues" (templos); decían que ahí estaba la puerta del cielo por donde descendían y subían los dioses, por tanto, era la entrada al paraíso, y no estaban lejos de la realidad, porque la ciudad y sus alrededores son sitios apacibles y hermosos, bien podemos decir que esta región es el Edén Michoacano.